Baile en Chinchero

Este domingo 25 de abril en las afueras de la iglesia de Chinchero (Perú), un grupo local realizaba danzas ceremoniales que tuvimos la suerte de presenciar junto a mi familia. No alcancé a grabar más porque se me acabó la memoria de la cámara, sin embargo la coreografía iba cambiando, al igual que el uso del espacio, finalmente se contituía un círculo en el cual dos enmascarados (máscaras de lana) se daban latigazos entre ellos y la gente que participaba desde afuera los alentaba y se reía.

Es tiempo

Escribo esto contra el tiempo, ya quedan pocos granos de arena por caer y la tinta ya se escapa de los lápices. la noche invasiva se ha apoderado del frágil día, la luz de luna me regala sus últimos segundos de iluminación antes de esconderse tras el negro cielo. El silencio de lo cotidiano y el ruido de lo inesperado dan vuelta el reloj, el transcurso del tiempo se percibe distinto, sereno, profundo, como el mar alejado de la costa, parece infinito. Mi mente calcula y se arrepiente de estos sentidos, cada minuto en la penumbra descuenta horas del día despierto. De pronto se para frente a mi una pregunta, se cuestiona a sí misma, me desafía, me hace dudar... ¿si no durmiera esta noche? ¿si dejara de dormir tendría más tiempo?
Los parpados me pesan por cada segundo de pestañeo y en esa oscuridad más intensa que la noche recuerdo que el verdadero infinito se acerca con el sueño, allí la ilimitada imaginación atemporal se desangra en vivencias y antes de que caiga la última gota suena el despertador.

Cucaracha

Mientras compartía con una amiga en un pub de plaza Ñuñoa, descubrimos al final de nuestro plato una cucaracha igual de frita que nuestra proción de papas. El garzón diligente después de retirarnos el plato nos pidió disculpas añadiendo -son cosas que pasan- a lo que yo repliqué -son cosas que vuelan.