



La casa esqueleto de mi estabilidad, se transforma, cambia…después de 22 años toma nuevos colores, se reinventa y renace en un nuevo formato. La mirada está perdida en los escombros, me asombro de lo que había allí tras la imagen y confundido tras el polvo reordeno la vida, pierdo los apuntes y continúo en un nuevo rumbo, sin estructura, caótico, fugaz. Otra vez allí en los rincones del recuerdo desaparecido, reconstruyo historias y comienzo de nuevo.


