jueves, mayo 27, 2010

Conversación

En el contexto de las celebraciones del día del teatro, la página web soloteatro.cl organizó un foro de conversación en torno a la difusión y medios. Hay algo que me quedó dando vueltas:
¿se puede hablar de industria teatral, se puede pensar en la profesionalización del oficio si es que el arte en Chile está inmerso en el mercado? Las leyes que controlan el arte hoy en día son las de oferta y demanda, la ecuación no da, ni siquiera rebajando al mínimo los costos de producción. Hacer teatro en Chile no es sustentable ni muchos menos rentable.
Quizás existan comedias, shows o espectáculos, teatro con "rostros famosos" que logren un equilibrio económico (digo quizás porque no conozco ningún caso en detalle). Sin embargo eso cierra un círculo vicioso donde los medios y los teatros se fijan en obras donde participa gente del medio, dejando demasiado marginados a los nuevos creadores y a los que apuestan por un teatro diferente...

3 comentarios:

Luisa Ballentine dijo...

Yo creo que todo el conflicto de público del teatro pasa por la generación de espectadores. Poca gente va a ver teatro en Chile porque existen muchos prejuicios y porque hay poca educación al respecto. La música, las artes plásticas y la literatura son cursos del colegio (podemos discutir largamente su influencia y su real aporte artístico, pero están presentes); en cambio el teatro figura como una obra esporádica para leer del siglo XV que no calienta a nadie en el contexto del aula. El cine, si bien tiene el mismo problema, está más presente porque cuando se quiere enseñar de manera más entretenida lo primero que piensan los docentes es "veamos una película", por lo tanto le dan una carga positiva, ver películas es bueno, es entretenido y cuando las transmiten en el colegio es fiesta y recreo.

El teatro, en cambio, es un trámite, una paja escolar de la que hay que hacer un informe. El panorama del fin de semana es el mall y el cine; incluso el museo, pero nunca el teatro.

Faltan espectadores. Si lo traducimos a lenguaje mercantil, no hay demanda para la oferta, eso es cierto. Falta que la gente vaya al teatro, que el público no se resuma en estudiantes y actores, que es lo que pasa actualmente.

Falta una política no de acceso, sino de fomento de "consumo" o visionado, falta fomentar la asistencia periódica al teatro y conocer los distintos tipos para que se formen espectadores especializados en cada "género". Que desde chicas las personas sepan si les gusta lo experimental, la performance, la comedia, etc.

Pero bueno, es un tema larguísimo.

Saludos!

Nicolás dijo...

Uff, claro si entramos en temas de cultura, costumbre y educación se nos abre un campo inasible en esta conversación virtual. Muchos problemas sociales de hoy en día podrían solucionarse mediante la educación y para mejorar la educación hay que poner ojo en los educadores y más atrás en los que forman educadores...
Me parece importante aunar fuerzas entre los medios, los creadores, los críticos, los educadores, la academia, en dejar de ver el arte con ojos de mercado y volver a mirar con ojos de cultura, en su ascepción de cultivar el espíritu, dar al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismos. Privilegiar la calidad por sobre la cantidad y con esto no apunto hacia un arte elitista sino a dejar de conformarse con la masividad, dejar de lado el raiting que mide lo que "la gente quiere ver" y no lo que se necesita. La plata está en el arte con mayor raiting, si se elimina esa concepción, ¿quien define donde invertir?, ¿quién define qué es lo que se necesita?. Y en temas educacionales, ¿quién toma desiciones curriculares?. O en la ley de donaciones culturales recientemente modificada, se quejaban de una burocracia e intervencionismo del estado, mas si no hay alguien que guíe, que dirija hacia donde invertir, se puede caer en las leyes del mercado, en el conformismo del raiting ¿quién debiera guiar a las empresas a invertir en cultura?.

Las respuestas a estas preguntas seguramente escapan a nuestras influencias, sin embargo el cambio parte por uno, se puede transformar desde lo micro hacia lo macro, al igual que el concepto del mono 100.

Gala María Montero Neira dijo...

VAMOS QUE SE PUEDE