sábado, mayo 15, 2010

Ida y Vuelta


Expectativa express en un viaje instantáneo por una ciudad de fantasía, mezcla entre el culto a la pachamama y el turismo. Al igual que en el país de nunca jamás, el tiempo se ha detenido, los niños siempre pequeños adosados a las espaldas de ancestrales madres. Protegidos todos por añosos tejidos que hacen a la vez de abrigo, mochila, mantel, alfombra, cojin, quitasol e impermeable. Una cultura detenida que sigue en movimiento por entre las construcciones de rocas y pálidos rostros de los visitantes. A pocos metros del cielo se vive el culto al sol o más bien al nuevo sol y en otros recovecos más cercanos a la tierra y el agua, se experimenta ese néctar cultural llamado vida.

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